La Humanidad se enfrenta a grandes retos sobradamente conocidos: cambio climático, movimientos migratorios masivos, reparto ético de los recursos educativos y económicos, contaminación de tierra, mar y aire, entre otras. Otra de ellas, no menos importante en España, es la despoblación, normalmente forzada, del mundo rural y su contraparte, la acumulación masiva de población en grandes núcleos urbanos cada vez menos sostenibles.

En España la población se asienta principalmente en el litoral, mucho más construido y antropizado, cuya base económica -excepto en polos industriales costeros como Barcelona, Valencia, Bilbao o Vigo- es el turismo de sol y playa. En el interior, especialmente en las mesetas castellanas, Aragón, Extremadura, La Rioja y ciertas partes de Andalucía, los recursos económicos principales son la agricultura (regadíos y secanos), la ganadería intensiva o extensiva y, en menor medida, el ocio y turismo de interior.

Esto puede llevar a que se acelere la despoblación de ciertos núcleos rurales muy dependientes de estos dos sectores, retroalimentando el proceso. La alternativa parece únicamente el ocio y turismo. Debido a los nuevos avances tecnológicos, es posible que tanto la agricultura como la ganadería experimenten cambios notables en su estructura necesitando menos mano de obra para producir la misma cantidad de producto.

En este ámbito rural, las dotaciones más abundantes son las casas u hoteles rurales además de las fincas rústicas privadas, usualmente utilizadas como cotos de caza.

La primera figura, los alojamientos rurales, están experimentando un ligero auge, como proponentes de actividades sostenibles relacionadas con el ecoturismo, deportivas, turísticas, educativas al aire libre y regeneradoras de zonas olvidadas. Por otra parte, la caza está experimentando un creciente descrédito social, debido a la percepción, por parte de una parte importante de la población, de que la misma es un mero entretenimiento -o deporte, según se quiera ver- que realmente carece del valor añadido que supone la protección y la sostenibilidad ambiental.

Por esta razón es necesario encontrar salidas adecuadas a estos entornos rústicos, explorando posibles aprovechamientos alternativos, de forma lo más creativa posible. Estos aprovechamientos están basados en encontrar los elementos o valores culturales, naturales y paisajísticos e integrarlos en el sistema productivo de forma respetuosa y sostenible y, al mismo tiempo, generando empleo y oportunidades económicas.

GeaXplora apoya y entiende que la conservación de estos elementos culturales, naturales y paisajísticos es perfectamente compatible con su aprovechamiento económico, como motor de desarrollo de estas zonas.